Calmar tu mente: 5 maneras de hacerlo si no te gusta la meditación.

En nuestra sociedad acelerada, la meditación está en pleno auge. Necesitamos dejar descansar nuestra mente y parar el frenesí en nuestras cabezas.

Sin embargo, no todo el mundo quiere o puede meditar. Entonces… ¿Qué pasa? ¿Estamos destinadas a sufrir la tortura de nuestras rumiaciones sin más? ¿Tenemos que aguantar la velocidad insana de nuestros pensamientos en algunas ocasiones?

Obviamente, no es así. Podemos respirar tranquilas.

Los beneficios de la meditación.

Primero conviene conocer los beneficios de la meditación para buscar qué otras actividades nos procuran unos resultados parecidos. Son numerosos y no pretendo escribirlos todos aquí. La meditación calma la mente porque nos permite evitar que nos controlen nuestros pensamientos. Nos ayuda a luchar contra el estrés. Nos permite disminuir la ansiedad. Con ella, dormimos mejor y encontramos la paz.

Si quieres saber más sobre la relación de la meditación con la felicidad te propongo descubrir a Matthieu Ricard, «el hombre más feliz del mundo.» Te dejo un link para que puedas empezar a investigar si te apetece: https://www.bbc.com/mundo/noticias-55274906

Pero existen otras actividades que nos pueden proporcionar la relajación que deseamos y la conexión a nosotras mismas necesaria para alcanzar el equilibrio en nuestras vidas. Existen otras maneras de calmar nuestra mente. Normalmente, cuando cambiamos a una actividad creativa, de análisis o de imaginación, nuestro cerebro utiliza otras redes neuronales y redescubre la alegría de crear, de innovar y de salir de su estado de sopor y letargo. Esto le permite «resetear» y descansar.

Te voy a dar unas simples pistas. No son recetas milagrosas – no tengo ninguna – pero sé que si te propones probarlas, terminarás encontrando la que te funciona. Son maneras sencillas de calmar tu mente y las puedes adaptar a tu estilo de vida. Te permitirán centrarte más en tu vida y darle a tu cerebro estas pausas que tanto necesita para que tú tengas una vida más equilibrada.

No vamos a tratar de evitar nuestros pensamientos negativos o dolorosos. Vamos a permitir que descanse nuestra mente para poder mirar nuestros problemas con otra perspectiva y encontrar soluciones más prácticas u orgánicas. Busquemos alternativas a la meditación para encontrar momentos de sosiego y equilibrio.

 

Calmar tu mente: Otras maneras..

Caminar.

Andar tiene múltiples beneficios para la salud física y mental. Los psicólogos lo recomiendan a las personas que sufren de ansiedad. Practicado a un ritmo adecuado, no provoca latidos demasiado rápidos del corazón que se podrían confundir con las taquicardias de la ansiedad y empezar un ciclo de angustia. (Cosa que puede pasar con otros deportes…) Somos seres de movimiento y necesitamos movernos, mover la energía que nos alimenta para que no se quede estancada en una parte del cuerpo.

Caminar es una manera de relajarse además de favorecer la atención y la creatividad. Doy fe de que, muchas veces, paseando encuentro soluciones o las piezas, de repente, encajan en el puzle que tengo en la cabeza. En realidad, el movimiento regular al andar favorece la reflexión. Activa el nervio vago que une nuestro cerebro con los pulmones, el corazón y nuestro tracto gastrointestinal. Todas las partes del cuerpo se ven involucradas y podemos potenciar esta capacidad de reflexión practicando mindfulness: Simplemente prestando atención a los olores, los colores o los sonidos que tenemos a nuestro alrededor mientras paseamos.

La pintura, la escultura o la poesía.

El arte en general nos acerca a lo estético, a la belleza de los colores, de las formas o de las palabras. Nos hipnotiza con la armonía o nos permite reflexionar gracias a su rebeldía. El arte nos invita a ver el mundo de una manera diferente y nos conecta con nuestras emociones. Gracias a esto, podemos escapar de la prisión de nuestro cerebro. Conectamos con algo más grande que nosotros.

Funciona cuando estamos pintando o escribiendo. (O desarrollando cualquier forma de arte…) Es un maravilloso método de relajación. Favorece la concentración y escapamos a nuestros pensamientos recurrentes del día a día. Nos permite expresar nuestras emociones y ayuda así a un mayor equilibrio emocional.

Pero funciona también cuando contemplamos una obra de arte. Estar de pie frente a un cuadro de Van Gogh o de Georgia O’Keefe y dejarse llevar por las emociones… Quedarse allí, sin poder hablar…sin tener ganas de hablar, dejar que la pintura hable con nosotros y disfrutar de esta conversación silenciosa. Esto también es una forma de meditar. Nos permite abstraernos de lo cotidiano, sentir y reflexionar fuera de los caminos aprendidos. Nos conecta a nuestra parte más sensible que quizás no se suele expresar tan fácilmente.

Ordenar y limpiar.

¡Podemos jugar a ser Marie Kondo de vez en cuando! Sin llegar a ser tan obsesivos como la reina del orden, puede que nos venga bien limpiar la casa para calmar nuestra mente. Tiene un efecto terapéutico  probado. La mente puede saltar de idea en  idea mientras nos activamos sin prestar demasiada atención. Es otra manera de mover el cuerpo 😉 por lo tanto de movilizar nuestra energía y no dejarla estancarse.

Momentos de contemplación.

Estos momentos de contemplación nos ofrecen simplemente la posibilidad de apaciguar nuestra mente durante un rato y reducir el ruido agotador de nuestros pensamientos. Nos regalan una buena alternativa a la meditación.

Basta con sentarse en un sitio tranquilo durante unos minutos y prestar atención a nuestros sentidos. Consiste en darse el permiso a saborear lo que vemos, lo que oímos y lo que olemos. Notar la caricia del viento en la piel, la humedad del aire o la profundidad del silencio. Son momentos cortos en los que contemplamos el mundo con los sentidos y nos llevan a una especie de ensoñación relajante de la cual pueden surgir muchas ideas o un mayor bienestar.

Escuchar música o escuchar un libro.

No necesito escribir sobre las bondades de escuchar música para muchas personas. No hablo de tener música como tela de fondo mientras estamos absortos en otras tareas. Se trata de solo escuchar y dejarse llevar, soñar y sentir…

Lo he separado del apartado sobre arte y lo pongo junto a «escuchar un libro» por la necesidad que tenemos en nuestra época de despegarnos de nuestra pantallas y mirar al horizonte… Me parece una excelente manera de relajar nuestra vista además de calmar nuestra mente y conectar otra vez con nuestras emociones.

 

Espero que encuentres aquí la manera de calmar tu mente. Puedes probar pasatiempos nuevos o decidir salir a caminar. Sorprende tu mente…¡Te lo agradecerá!

No dudes en comentar si tienes otros trucos y si te funciona uno de estos…

Y si necesitas más ideas te dejo el link de mi vídeo de Instagram donde hablo también de cómo  calmar tu mente: https://www.instagram.com/tv/CM_2IObqTvk/?utm_source=ig_web_copy_link

 

 

 

 

 

 

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