Nuestra autoestima va y viene a lo largo de nuestra vida. Y es normal. Sin embargo hay algo que nos puede ayudar a recuperarla o a mejorarla: nuestro discurso interior. Hoy hablaremos de distorsiones cognitivas y el flaco favor que nos hacen si no les prestamos atención.
Todos tenemos unos pensamientos sobre situaciones que percibimos como «malas» o «desagradables». Estos pensamientos pueden parecer anodinos pero tienen una gran impacto sobre nuestra autoestima.
«Tengo que estar siempre a tope en el trabajo.»
«A mi edad no voy a encontrar trabajo.»
«Le he mandado un mensaje. No me ha contestado y han pasado 2 horas, seguro que pasa de mí.»
«Seguro que no les van a gustar las fotos que utilizo en mi presentación. No valgo para nada.»
1- ¿Qué tiene que ver con nuestra autoestima?
Las frases que acabas de leer tienen algo en común: las cuatro son distorsiones cognitivas, pensamientos limitantes. Son interpretaciones sesgadas de una situación particular. Acompañan y alimentan reacciones emocionales desagradables.
Son «comentarios» que hacemos de manera automática sobre nosotros mismos, sobre los demás, lo que nos pasa o la vida en general. Y provocan emociones «negativas» en mí: frustración, miedo, desesperanza. tristeza, ira y mucho más. 😔
No son necesariamente falsos del todo pero siempre son excesivos, desvalorizantes y no toman en cuenta el contexto. Terminan llevándonos a la «autoflagelación», a rebajarnos, a los círculos viciosos de la rumiación o las creencias limitantes. Obviamente, todo termina con un inmenso sentimiento de impotencia. No resulta muy positivo para nuestra autoestima, como te puedes imaginar.
Son un obstáculo a nuestra reflexión. Nos impiden encontrar soluciones pertinentes y son el camino a la ansiedad ya que suelen llevarnos a temer situaciones futuras y evitarlas.
«No me salió bien la entrevista de trabajo. Es una catástrofe. Nunca encontraré trabajo.» ¿Qué hay de verdad en realidad en estas frases? Si las crees vas a ir a la siguiente entrevista ya predispuesto a que salga mal otra vez. Puede que saliera mal la entrevista pero lo realmente útil es preguntarse: «¿Qué voy a mejorar o cambiar la próxima vez?»
«No es lo que tienes o quién eres o dónde estás o qué haces lo que te hace feliz o infeliz. Es lo que piensas sobre ello.» (Dale Carnegie)
2- Beneficios de un discurso interior adaptado para la autoestima.
Un discurso interior adaptado se consigue con pensamientos funcionales. Es decir pensamientos que toman en cuenta la situación y el contexto. Son los que nos permiten darnos cuenta de la emoción sin que ésta nos sobrepase.: puede que no haya hecho una buena entrevista de trabajo y es normal que me sienta frustrado y triste pero soy capaz de darme cuenta de que solo es una situación, que voy a tener más ocasiones y puedo rectificar y prepararme más para la siguiente.
Si soy capaz de reconocer mis distorsiones cognitivas, podré bajar el nivel de mi emoción negativa y adaptar mi discurso a la realidad. Con esto podré buscar una solución adaptada y evitaré sentirme impotente.
Esto es útil para:
- Mejorar nuestra autoestima.
- Disminuir el estrés en la situación presente y en las futuras.
- Una mejor aceptación de uno mismo.
- Mejorar las relaciones con los demás. Evito así generalizar y posiciones extremas que me llevan a tensiones.
- Aumenta la capacidad a encontrar soluciones en las situaciones bajo nuestro control.
3- ¿Cómo cambiar tu discurso interior para una mejor autoestima?
Darle la importancia que se merece. 💥
Muchas veces nos sometimos a una dictadura nosotros mismos y nos maltratamos sin pestañear. El primer paso es tomar conciencia de las palabras y las frases que utilizamos para nuestra conversación interior. Lo que nos repetimos, terminará siendo lo que nos creemos.
¿Cómo te sientes cuando te hablas como a una amiga?
Modificar esos pensamientos disfuncionales. 🧠
Esto no significa caer en el pensamiento positivo de unicornios fosforitos, como digo yo. Queremos algo útil y práctico, no una historia irreal. Nada que ver con «todo va bien, todo va bien.»
Aquí lo que queremos es cambiar la distorsión cognitiva que nos fastidia la autoestima por un pensamiento más realista y matizado.
¿Cuál es la situación en realidad? ¿Qué ha pasado…de verdad? (Y eliminamos los «siempre», «nunca», «nadie», «todo el mundo» etc. Exageran y no ayudan.)
Modificar nuestra manera de comunicar. 📣
Estos pensamientos se plasman a menudo en nuestras conversaciones. Como coach, los escucho todo el tiempo. Podemos prestarles atención cuando hablamos con nosotros mismos y con los demás.
«Pfff, con mi edad, nunca encontraré trabajo.»
Podríamos decir: «Voy a encontrar trabajo.» PERO nuestro cerebro no es un cretino. Sabe que no es tan fácil y no basta decir esto para que se haga realidad. Sabe que no tienes una bola de cristal.
Un pensamiento mucho más adecuado para nuestra autoestima y nuestra motivación sería: «Me muevo todos los días para encontrar un empleo.» (Si lo haces, claro. 🙄 …si no te mueves, las cosas no llegarán porque sí…)
Nuestro cerebro prefiere los mensajes tangibles, creíbles para ti y en tiempo presente. Esto es realmente potente para tu autoestima.
¿Qué pensamientos tuyos, que no te ayudan nada, vas a cambiar?
Cuidar tu discurso interior es cuidarte de verdad. Si quieres saber más sobre esto te dejo un enlace a un artículo, aquí.
Si quieres que te ayude a mejorar tu autoestima y a potenciar todo tu talento, puedes escoger una día y una hora en este enlace, aquí.