Tu cuerpo tiene un enorme poder sobre tu cerebro. ¡Sí, sí, has leído bien!
Vivimos tiempos inauditos en muchos aspectos pero hoy te quiero hablar de los avances de la ciencia. Más específicamente, la neurociencia. Estamos descubriendo mucho y muy rápido sobre cómo funcionamos realmente los seres humanos. Los neurocientíficos están desvelando cómo interactúan nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
Como coach, sé que podemos encontrar soluciones a través de la mente, de las emociones o del cuerpo. Todo influye en todo y ahora las ciencias explican el porqué.
¿Cómo influye nuestro cuerpo en nuestro cerebro?
Hablemos de la postura…
Hasta ahora sabíamos que nuestro estado de ánimo influye en nuestra postura. ¡Pues también funciona al revés! Tu manera de mantener tu postura tiene consecuencias en tu cerebro. Nuestra postura influye en el sistema nervioso y endocrino. Hasta afecta nuestros procesos cognitivos. Prestar atención a nuestro cuerpo puede ser muy eficaz para cambiar el mal humor, la falta de concentración o parar la rumiación.
Las áreas del cerebro dedicadas a la rumiación y los pensamientos estresantes son las mismas que las implicadas en la atención del cuerpo. Por lo tanto cuando prestas atención a tu cuerpo, las rumiaciones callan. Saber esto nos viene genial para bajar la ansiedad y la velocidad de los pensamientos negativos. ¿Cómo presto atención a mi cuerpo? Pues, respirando en consciencia, cuidando mi postura, estirándome o haciendo yoga, por ejemplo.
La cara, las manos y la lengua.
El cerebro dedica más recursos neuronales a la cara, a las manos y a la lengua. Eso significa que estas zonas pueden mandar más mensajes al cerebro. Prueba «pacificar» el gesto de tu cara y cuéntame lo que sientes… ¿Y si hablamos de la sonrisa?😀 ¡Esto es superfuerte! Podemos influir en nuestro estado de ánimo forzando la sonrisa. El cerebro «reconoce» la sonrisa y como resultado empieza a funcionar con pensamientos más positivos y más constructivos. Allí funciona muy bien el «Fake it till you make it.» (Finge hasta que lo consigas)
Si haces, o has hecho, yoga y/o meditación conoces los mudras. Son gestos realizados con las manos y los dedos. La neurociencia está descubriendo cómo funciona cada mudra y su influencia sobre el cerebro humano. Este famoso y sencillo mudra (ver foto) permite liberar más serotonina, la hormona de la felicidad. El 95% de la serotonina se produce en el intestino y lo favorece una dieta rica en fibra. Este sencillo gesto con los dedos permite también decirle al cerebro que nos calmamos y así, de paso, mejoramos nuestra concentración.
También si sabes algo de yoga, conoces la importancia de relajar la lengua o de sacarla todo lo que puedas… 😝 (El León) Te habrás dado cuenta del efecto calmante que tienen estos gestos.
Es importante ser conscientes de nuestro cuerpo ya que una mala postura o el ceño fruncido nos genera un sesgo negativo, menos memoria y acentúa el hecho de que recordemos más las cosas negativas. La cabeza agachada nos genera pesimismo. Además cuando vives desde el cuerpo, vives en el momento presente. Si vives en el presente es más fácil ser feliz: no puedes estar ni en el pasado ni en el futuro.
El eje intestino-cerebro.
Desde hace unos pocos años, se está viviendo una revolución en cuanto a lo que sabemos sobre el papel del intestino. Ya lo llamamos nuestro segundo cerebro. Está en constante comunicación con el cerebro gracias, entre otras cosas, a la actividad neuronal. Nuestro intestino también regula nuestro estado de ánimo. Las zonas más afectadas por la influencia del intestino son las zonas del cerebro social, de cómo vemos el mundo y cómo lo interpretamos… ¡Vaya si es importante!
Nuestra microbiota, tan importante en nuestro intestino, se ve influenciada por nuestra dieta pero también por el ejercicio físico, por nuestra forma de nacer (canal de parto o cesárea), si hemos tomado o no leche materna, los niveles de contaminación, las cantidades de antibióticos que hemos tomado y si somos hombre o mujer… Como veis, nuestro estilo de vida es importante por que va a influir en lo que nuestro intestino va a comunicar a nuestro cerebro. Éste a su vez hará sus interpretaciones y… nos ayudará o no tanto.
No se trata solo de nuestra salud física sino de la de nuestra mente a través de los sistemas endocrino, inmune y nervioso. Se ha descubierto, hace muy poco, que es el intestino manda más mensajes al cerebro que lo contrario. La actividad eléctrica del intestino regula, por ejemplo, la dinámica de las ondas alphas del cerebro. Así que… ¿ Cuidas tu intestino? ¿Le das todo el valor que se merece?
La respiración y el cerebro.
Esta es mi preferida.
¿Influye la respiración sobre nuestro cerebro? Es algo que muchos «sabemos» o podemos intuir pero, ahora, la neurociencia lo demuestra y pone nombres e imágenes a los procesos. Hace poquitos años, vieron la vía anatómica por la cual el cerebro sabe cómo estoy respirando. Le llegan informaciones sobre si estoy respirando por la nariz o por la boca o si lo hago de forma asimétrica.
Nuestra respiración influye sobre nuestra atención, nuestra memoria y sobre nuestra respuesta a las emociones.
«Cuando la vida es nebulosa, el camino no está claro y la mente está embotada, recuerda tu respiración. Tiene el poder de darte la paz. Tiene el poder de resolver las ecuaciones de la vida no resueltas.» (Amit Ray)
La clave es observar y ralentizar nuestra respiración respirando por la nariz. Se trata de una gran herramienta al alcance de todos para moldear el cerebro, la cognición y luchar contra el estrés.. Ya ha hecho sus pruebas y siempre la tenemos a mano.
Si quieres saber más sobre el estrés te dejo un link: https://chrystelcoach.com/estres-aprende-a-gestionarlo/
Corazón o cerebro…
Según las últimas investigaciones, percibimos el mundo cuando nuestro corazón y nuestro cerebro se sincronizan. Gracias a la red neuronal, el cerebro también interpreta la información que le manda el corazón.
Para la comunicación del corazón o del intestino con el cerebro existen 4 tipos de conexiones:
- Comunicación mediante impulsos nerviosos o neuronal. Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por lo tanto de nuestras reacciones.
- Comunicación bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores
- La biofísica mediante ondas de presión. En el caso del corazón, sus latidos y sus variaciones dan la información al cerebro.
- La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos. Cambia en función de nuestro estado emocional. Cuando sentimos miedo o frustración o estrés se vuelve caótico. Se extiende a 2 o 3 metros de nuestro cuerpo…por lo que los demás lo pueden notar. 😮
Tu corazón te enseña lo que ya llevas dentro. Cuida mucho lo que metes o dejas en tu corazón. Es fundamental cuidar lo que alberga el corazón…hasta las ciencias ya lo demuestran.
Entonces…
Como ves, nuestro cuerpo tiene mucho poder sobre nuestro cerebro. No todo en desarrollo personal es duro y complicado. Aquí tenemos unas herramientas sencillas, muy baratas y al alcance de todas para empezar a cambiar pautas que no nos gustan. Podemos prestar atención a nuestra postura, a nuestra respiración, al gesto de nuestra cara. Sabemos que una alimentación equilibrada va a ayudar la conexión de nuestro intestino con nuestro cerebro.
Como cuidado general de una misma, podemos prestar atención a lo que nutre nuestro corazón. Una vez más se me ocurre la gratitud para llenar el corazón de fuerza positiva pero tenemos también el altruismo, la colaboración, la ayuda, la compasión y el amor.
¿Qué es lo que más te ha sorprendido?😮 Me encantará leerte en comentarios y compartir contigo un ratito.
(Este artículo es fruto de muchas lecturas sobre neurociencia. Entre ellas destacan los trabajos de Nazareth Castellanos, neurocientífica española.)