Te propongo, en este artículo, tres razones para atreverte y no escuchar tu miedo.
El miedo como invitado. Como todas nuestras emociones, es muy normal sentir miedo. De hecho, es buena señal. No sentir miedo sería síntoma de un grave problema neurológico.
Sin embargo, a veces, el miedo es un invitado muy pesado que se queda, se queda y no se va. ¿Le echamos? ¿Le escuchamos y se queda a vivir?
Un invitado indeseado.
Todos tenemos metas, objetivos y sueños que queremos alcanzar en nuestras vidas. Todos sabemos también que, en un momento dado, nos vamos a tener que enfrentar a nuestros miedos, estos grandes saboteadores.
Existen momentos en los que es fácil dejarse vencer por la ansiedad, el miedo a lo desconocido. Nuestro impostor y sus dudas nutren esta sensación molesta, a veces escurridiza, que preferimos evitar y tapar como sea. El problema es que cuanto más dejas a este invitado escondido en un rincón, más fuerte se hace y termina cogiendo demasiado espacio en tu casa.
Para muchos es una tortura enfrentarse a la incertidumbre o es «imposible» sobreponerse al miedo a ser criticado. Puede ser que para otros el miedo al error se torne aterrador y preferirán no actuar, no probar, no intentar.
«Para evitar la crítica, no hagas nada, no digas nada, no seas nada.» (Elbert Hubbard)
Estar atento a tu miedo y ver lo que te quiere decir, es un buen plan. Quizás te avise de que seas prudente o te haga ser consciente de que estás a punto de hacer una cosa importante para ti.
Eso sí, el escuchar demasiado el miedo, el dejarse esclavizar por él, tiene un precio. Un precio muy alto: crítica interna (porque sabes que te has fallado a ti mismo), malestar, sensación de «pequeñez», bajón de autoestima, vergüenza y este sentimiento de no estar a la altura. Lo conozco personalmente y lo oigo una y otra vez en mis formaciones y procesos de coaching. Este sentimiento alimenta nuestro síndrome del impostor, nuestras dudas y pone a prueba nuestra autoestima.
Así que, muchas veces, toca liarnos la manta a la cabeza y… atrevernos. Así, sin más. Te dejo tres razones para no escuchar demasiado a tu miedo.
Tres razones por las cuales vale la pena atreverse.
Primera razón: atrévete porque tu miedo es un mentiroso.
Para empezar, que sientas miedo no significa que no lo puedas hacer. La frase: «Si siento miedo, es que no es para mí» es un engaño. Es normal sentir miedo la primera vez que nos atrevemos a algo. De las tres razones para lanzarte, esa me parece la más importante.
Entender esto es muy importante sobre todo cuando sabes que tus miedos son, casi todos, completamente irracionales. Se sostienen con creencias limitantes que son parte de tu sistema de pensamiento pero que no son ciertas. Tu miedo te miente. El miedo mal interpretado nos estanca y no permite que alcancemos nuestro auténtico potencial. Por culpa del miedo es posible que hasta escojas una situación desagradable conocida antes que una situación donde serías más feliz pero donde, de momento, no controlas los elementos. Hasta tenemos un dicho para esto.
Generalmente para conseguir tu propósito, para alcanzar tus sueños y cumplir lo que esta vida espera de ti, tendrás que exponerte, probar cosas nuevas, aprender, equivocarte…y no pasa nada.
Cuando vas más allá de tu miedo y te atreves, te das cuenta de cuánto te mentía. Eres capaz. Lo puedes hacer, puedes aprender, puedes pedir ayuda y lo harás a tu manera. De esta manera expandirás tu zona de confort y crecerás.
Segunda razón: nunca te van a criticar los que han hecho lo que tú o los que están en ello. ¡Aventúrate!
En cuanto a las críticas, si estas te asustan, el tema es muy simple. Si la crítica viene de alguien que ha pasado por donde estás tú y sabe mucho, quizás valga la pena escuchar y sacar un aprendizaje. La crítica puede ser constructiva y ayudarte. Por lo que he podido comprobar, las personas que saben de que están hablando no te criticarán por criticar. Te considerarán de la tribu de los valientes y lo más probable es que quieran ayudarte.
Las críticas malévolas suelen venir de gente a la que le gustaría tener tu valentía y tu compromiso. Con la envidia nos hemos topado. De hecho si quieres saber más sobre la envidia, te dejo el enlace a mi post sobre el tema: https://chrystelcoach.com/la-envidia-como-utilizarla-a-tu-favor/
Y ya sabes: «Lo que dice Juan de Pedro dice más de Juan que de Pedro.» No podemos gustarle a todo el mundo y la envidia de los demás es su problema. Que no sean un obstáculo en tu camino hasta tu sueños. Escoge bien los miembros de tu tribu.
Tercera razón: la suerte llega cuando lo intentas.
Otra razón para lanzarte es que cuando actúas, se abren puertas y se crean oportunidades. Nos toca actuar, con o sin miedo. Estoy segura de que lo has experimentado también: te lanzas sin saber muy bien lo que hay después e inmediatamente se abre el camino, las cosas empiezan a moverse y aparecen personas que te ayudan. Avanzar a pesar del miedo no solo tendrá un efecto beneficioso sobre tu autoestima sino que te permitirá crear lo que quieres. El esfuerzo de valentía al actuar a pesar del miedo viene normalmente con muchas recompensas.
Como dicen los angloparlantes: «La oportunidad baila con los que ya están en la pista de baile.» Siempre me resulta asombroso comprobar que cada vez que decido ir más allá de mi zona de confort parece que el universo desvela sus planes y el simple hecho de dar unos incómodos pasos desencadena una serie de hechos, encuentros y situaciones que me permiten seguir, avanzar y comprobar que valía la pena atreverme.
Así que, para este año que acaba de empezar, te invito a ser más atrevido. Escucha las mentiras que te cuenta tu miedo y pasa de él. ¿Qué pasito puedes dar hacia tus sueños?
Si te interesa seguirme y saber más sobre el síndrome del impostor o el techo de cristal te dejo el enlace a mi perfil de LinkedIn: http://www.linkedin.com/in/chrystelrouveure
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